La llamada «novela de suspense» es una modalidad de la narrativa de intriga con la que se relacionan la novela «gótica», la de «misterio» y la de «terror». Es característica común a este tipo de obras el hecho de que los protagonistas están sometidos a la permanente amenaza de fuerzas invisibles, que provocan un estado de angustia creciente en el ánimo del lector. Estas obras que, en la modalidad de misterio y terror, encontraron una gran acogida en los siglos XVIII y XIX, han conocido en el siglo XX un resurgimiento notable gracias a las obras de William Irish (autor de Pesadilla, Marihuana, Ventana Trasera, El plazo expira al amanecer, La mujer fantasma), E. Lena White (Una mujer acosada) y R. Bloch, autor de Psicosis, llevada al cine por A. Hitchcock. Este director de cine ha contribuido a perfeccionar las técnicas narrativas empleadas en la creación de relatos de suspense, abandonando los viejos trucos de intervención de fuerzas sobre naturales (brujas, monstruos, vampiros) y recurriendo a procedimientos verosímiles, capaces de generar situaciones de ansiedad en sus personajes y en los lectores. Al mismo tiempo ha incidido en la divulgación de novelas de suspense de los escritores mencionados: W. Irish y R. Bloch.
En el teatro, el suspense se produce cuando el protagonista se siente preso de un destino aciago, del que parece no poder escapar sin la intervención de una fuerza liberadora. Así, los espectadores de La vida es sueño permanecen en una ansiedad tensa hasta la última escena en que una decisión del libre "albedrío" rompe el curso del destino fatal previsto por el rey Basilio.
Tomado de Diccionario de términos literarios de Demetrio Estébanez Calderón