Me quité los ojos
llegué, me quité los ojos y los puse con cuidado en un poco de agua de río desabroché la boca colocándola sobre un cojín mullido encima del tocador me quité los vestidos hasta quedar desnuda quedé sola conmigo me moví del espejo para mirarme, para huir de su máscara puse el pestillo, abrí el clóset y salió puntual la pena entonces me abandoné y se impuso la máscara del llanto.
volví. me puse los ojos brillándolos un poco con un pañito lavé desamarré la chispa soplando suave y avivando el recuerdo acomodé con cuidado la mirada necesaria y me abroché la boca reparando en su jesto me puse los vestidos quedé desnuda y en secreto vuelo a la otra toco la cara para encontrarme me muevo del espejo para sentir el rostro y escondí la pena a la hora de siempre
quito el pestillo tragué gordo tres veces y salgo lijera
entonces el torrente encausado se impone. sonrío
anjelamaría dávila (Puerto Rico,1944-2003), La querencia