sobre el
mito
En
la actualidad el término mito presenta múltiples acepciones: se dice de personalidades relevantes
convertidas en mito (García Lorca, los Beatles), de un personaje literario
considerado como arquetipo y encarnación de ideales o formas de conducta (don
Quijote, don Juan), de un ideal utópico (la “Edad de Oro” o el “progreso”), de
una forma pre-lógica de pensamiento propia de los pueblos primitivos, etc. Por otra parte, el mito ha sido abordado
desde diferentes disciplinas: la
Historia de las religiones, la Antropología, el Psicoanálisis, la Filosofía y,
por supuesto, la Crítica literaria.
Ciertos psicoanalistas (Freud, Jung, O. Rank, K. Abraham, etc.) han
estudiado los mitos como expresión de las aspiraciones, deseos ocultos y
frustraciones colectivas de los hombres.
Jung apunta la existencia de unos “arquetipos” originarios radicados en
el incosciente colectivo de la humanidad, que se explicitarían en relatos
míticos, folclóricos, cuentos, leyendas, relatos novelescos y obras dramáticas
de la literatura universal.
Dentro
de la crítica literaria, ciertos investigadores como A. J. Greimas, N. Frye, G.
Dumézil, etc., han tratado de establecer analogías entre la estructura
narrativa del mito y las formas literarias mencionadas. […]
N.
Frye ha estudiado también las relaciones entre mito y cuento y su diferente
función dentro de las sociedades primitivas.
Así, aún aceptando las semejanzas de forma literaria entre ambos tipos
de relato y su coexistencia en todas las sociedades de cultura oral o
preliteraria, subraya notables diferencias:
los mitos se aglomeran para formar una mitología, en tanto que los
cuentos tan sólo intercambian temas y motivos;
los mitos crean dioses o héroes, dignos de culto, los cuentos meros
tipos (el ogro, el astuto, etc.); los
cuentos llevan una existencia nómada por pueblos, lenguas y culturas, los mitos
pueden cristalizar en la tradiciòn de un pueblo o una cultura determinados,
llegando a convertirse en un “mito total que cubre la visión que esa sociedad
tiene de su propio pasado, de su presente y de su futuro, de sus relaciones con
sus dioses y vecinos, de sus tradiciones, de sus deberes sociales y religiosos
y de su destino último.” A este mito lo
denomina “mito de incumbencia”, que tiene como función “mantener unida a una
sociedad“. Un ejemplo de esta clase de
mitos se encontraría en la Biblia, que, por su carácter enciclopédico (desde la
creación al apocalipsis), puede “suministrar un armazón mítico a la cultura”. […]
Tomado del Diccionario
de términos literarios de Demetrio Estébanez Calderón